Por norma general, para los primeros meses del bebé los padres suelen optar por usar la cuna o el capazo, que son accesorios fáciles de transportar de la sala a la habitación.
A la hora de elegir una cuna, opta por un modelo que sea estable, que no tenga aberturas de más de 6 cm y que cumpla con la norma europea EN 1130. Si la cuna se acopla a una base o estructura capaz de balancearse para mecer al bebé, comprueba que el sistema de encaje y fijación sea estable y seguro, ya que en estos casos el riesgo de caída es mayor. En estos casos, encaja e instala la cama del bebé siempre en la posición fija (sin balanceo).
Tienes también a tu disposición las denominadas cunas colecho, que se colocan junto a la cama de los padres ofreciendo una mayor proximidad con el bebé. Si te decides por esta opción, recuerda que por cuestiones de seguridad será importante que te asegures de que no queda ni el menor espacio de separación entre tu cama y la cuna del bebé, quedando ambas a la misma altura y sin aberturas en las que el bebé pueda apoyar la cara, para que pueda respirar correctamente. A la hora de dar
el pecho, evita hacerlo tumbada. Siéntate para estar segura de que no te quedas dormida y no se producen accidentes que puedan dar lugar a la asfixia del bebé.
Si optas por un capazo, comprueba que cumple con la norma europea EN 1466 y que respeta todos os avisos de seguridad que acompañan el producto. Cuando el bebé empieza a gatear, consigue sentarse por sí solo o alcanza los 9 kg, el capazo dejará de ser una opción recomendable.
Cuando el bebé empiece a gatear o consiga sentarse por sí mismo habrá llegado el momento de sustituir la cuna por una cama de barrotes, que podrá usarse hasta los 18 meses, los 24 meses o más.
Las camas de barrotes disponibles en el mercado deberán estar homologadas con la norma europea EN 716. Los barrotes verticales deben tener 60 cm de altura, llegar hasta la parte baja del colchón y dejar libre un máximo de 6 cm entre barrotes u otras aberturas, para evitar caídas o bien que el bebé encaje alguna parte de su cuerpo. Los barrotes, además, no podrán estar dispuestos en sentido horizontal.
En algunos modelos es posible ajustar la altura del somier. En estos casos deberás comprobar que se encuentra instalado adecuadamente y reajustar su altura a medida que el bebé crece, para evitar posibles caídas cuando empiece a incorporarse por sí mismo. En el momento en el que el pequeño alcanza los 90 cm aproximadamente y los barrotes llegan hasta la altura de los pezones será el momento de bajar o retirar los barrotes, y enseñar al pequeño a salir de la cama apoyándose sobre su
barriga. Ese será un buen momento para empezar a pensar en comprar una cama infantil no demasiado alta y, si fuese necesario, instale en ella un protector lateral siguiendo las recomendaciones de seguridad indicadas.
No recomendamos usar las camas de viaje para el descanso diario del bebé, ya que son menos resistentes y, normalmente, menos confortables. En el caso de bebés con más de 6 meses, la cama deberá contar con al menos 60 cm de profundidad interior. En todo caso, antes de instalar en ella al bebé deberás comprobar cuidadosamente que la cama de viaje se encuentra instalada adecuadamente y con su sistema de bloqueo activo.
Si decides usar una cuna o una cama de barrotes prestada o antigua, ten en cuenta que ésta podrá eventualmente no cumplir con la norma de homologación en vigor. Comprueba además que es estable, que no tiene partes o piezas partidas o en falta, así como si el diseño y las dimensiones de abertura se adecúan a las que ya hemos indicado anteriormente. En el caso de que sea necesario pintarla, asegúrate de que la pintura está exenta de productos tóxicos, especialmente de plomo.
